Espiritualidad e infancia

“Cuando a los siete años le dije a mi padre que quería hacer la comunión en aquella ermita del Pirineo, este no pudo más que decirme con voz dulce, pero contundente, que la haría al año siguiente en la escuela, con mis compañeros/as. ¿De dónde surgió este impulso místico? ¿Qué sentí para estar dispuesta a hacer la comunión allí sola, en una capilla perdida? Recuerdo una gran sensación de paz, de recogimiento y de fuerza. ¡Cuando al año siguiente hice la comunión, lo único en . . .

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