El camino del Zen nos habla de simplificar nuestras vidas y nuestro presente. Esa simplicidad se aplica en todos los ámbitos de nuestra existencia. Sin necesidad de convertirnos en monjes que viven en celdas sin calefacción, el aprender a estar atentos a nuestras verdaderas necesidades y a no acumular lo innecesario es realmente liberador.
Precisamente en esa toma de consciencia del ¿qué necesito?, empieza el juego. Si ahora te tomas unos instantes y te formulas esta pregunta, tal vez te va a costar empezar a hacer una lista. Pero inténtalo.
Si eres una persona con miras . . .
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión